sábado, 19 de febrero de 2011

LA BATALLA POR EL ORDEN SIMBOLICO


¿Y si los molinos fueran realmente gigantes?

G. K. Chesterton - EL REGRESO DE DON QUIJOTE
El enfrentamiento del caballero andante contra los molinos es la lucha del hombre contra la tecnología de su tiempo, que lo anula como persona sometiéndolo a su poder. El deslumbramiento que produce la tecnología, ha logrado que mucha gente se postre ante ella como un siervo ante su señor, perdiendo toda capacidad de reflexión y de espíritu crítico, aceptando ciegamente todo lo que de ella proviene.
Los medios de comunicación son hoy, verdaderos gigantes con apariencia de molinos. Para el caso nuestro, el pensamiento dominante ha impuesto un sentido común virtual basado en el lucro, la ganancia y el consumo. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, han logrado ampliar la democratización social, al precio de pervertir su contenido: El sentido de pertenencia a una comunidad que era la base de los valores ciudadanos se ha ido disolviendo en un individualismo cerrado, incapaz de reconocer los derechos del otro pero también, con incertidumbre acerca de lo que se puede esperar de ese otro. Y ese otro ya no es ni siquiera el extraño sino incluso, es quien esta al lado junto a uno, al punto que las relaciones humanas se han vuelto inconsistentes, fragmentarias, episódicas, porque siempre hay algo o alguien nuevo que descubrir, conocer o encontrar. Eso, aparece hoy como expresión de libertad y autonomía personal, pareciendo que somos dueños de nuestras decisiones para elegir dentro de todo lo que nos ofrece el mercado. Pero, ¿realmente es asi? Muchas veces nos encontramos con que esta libertad aparente es mas bien un síntoma profundo de una desazón que viene erosionando nuestro sentido de vida.
Desvelar la realidad y llegar al pensamiento racional de los ciudadanos es una tarea de primer orden que sin embargo, no debe descuidar la relación existente entre la realidad y lo real; asi como la relación entre estos, lo imaginario y el orden simbólico. Para resumirlo brevemente, podemos afirmar que "la realidad que nos presentan los medios, es construida a través de un imaginario que está anclado en el orden simbólico de esta sociedad capitalista y patriarcal". Por lo tanto, no es suficiente desvelar la realidad, sino que hay que ir mas allá, construyendo un nuevo orden simbólico que permita desplegar toda nuestra imaginación: Seamos realistas logrando lo imposible. ¿Que es lo imposible, hoy? ¿Cuantos imposibles pretenden hacernos creer los medios de comunicación?
Por todos los medios y formas posibles, pretenden hacernos creer que el mercado lo es todo. Que nada es posible fuera de ese mercado. Que el estado está para garantizar la permanencia de ese mercado y excluir a todo lo que intente cuestionar su verdad. Quieren imponernos la idea de la competitividad como madre del éxito personal; y el éxito personal como la panacea de la felicidad.
Aún cuando la publicidad omnipresente nos repita lo mismo a cada instante, la experiencia personal de vida nos dice que ello no es cierto. Aquí es donde se nos presenta la tecnología como gigante opresor, y la necesidad nuestra de enfrentarla con nuestro entendimiento, con nuestra reflexión, y con nuestra capacidad de acción. Pero nada de elloo impediría que corriéramos la misma suerte del caballero andante, si todo entendimiento y capacidad de acción no estuviera precedida de una imaginación audaz, anclada en un terreno distinto y distante del orden capitalista y patriarcal.
Este nuevo orden simbólico tiene que partir negando la competencia, el despojo, y el afan de acumulación, que sustentan la lógica del capital. Asimismo, requiere también negar el autoritarismo patriarcal, desplegando las potencialidades de lo femenino como elemento constituyente de la nueva humanidad.
Lsa batalla contra estos gigantes no podrá ser como la de Don Quijote contra los molinos. Tenemos que delimitar el terreno de lucha e imponer nuestras propias reglas. Ello es, nuestro territorio, nuestro abrrio y nuestro tiempo cotidiano. Ganemos esta batalla en nuestra lucha diaria por la sobrevivencia, movilizando a quienes hoy están excluidos de los beneficios del mercado y del estado, organizándolos para la conquista del pan y la afirmación de su autonomía personal. Ello requiere de una campaña educativa de largo aliento, que debe estra precdida de un intenso ejercicio de imaginación, para encontrar aquí y ahora, entre nosotros mismos, los elementos materiales de ese mundo nuevo que queremos construir.
Esta campaña organizativa/educativa requiere de cuatro ejes:
1) Recuperación de la memoria histórica;
2) Reconciliación del hombre con la naturaleza;
3) Producción social de nuestros medios de existencia; y
4) Reorganización de la vida cotidiana.
De esta forma, crearemos las condiciones favorables para vencer a estos gigantes que pasan desapercibidos a la amyoría de la gente: Simples medios de distracción, que terminan atándonos a sus engranajes, haciéndonos girar en el sentido que ellos deseen, sin darnos cuenta que estamos siendo utilizados.
Lima, febrero del 2011
Calixto Garmendia