PURUCHUCO:
OPORTUNIDAD PARA RECONSTRUIR LA IDENTIFICACION CULTURAL
Y LA MEMORIA HISTORICA INTEGRADA
En entrevista sobre identidad cultural
concedida a la revista académica del CAER[1]
el Dr. Guillermo Nugent Herrera[2]
expuso argumentos que constituyen un valioso punto de apoyo para una reflexión
de mayor alcance que conlleve el imperativo ético de congruencia entre el discurso
y la práctica social:
- § “La identificación permite la posibilidad de una ciudadanía integrada…Que el estado te pueda reconocer como ciudadano…La identidad está dada por la diversidad de estilos para hacer las cosas”
- § “Hay ciertas formas de identidad, por ejemplo la de pertenencia a una nacionalidad, a un Estado nación”
- § “Parte de la actual diversidad cultural se ha hecho tan visible a raíz que nunca tuvimos una escuela pública que formara ciudadanos”
- § “El pluralismo cultural se puede ver como una ventaja o como un inconveniente según el modelo político que se siga: si se apuesta por un modelo homogéneo,…entonces la diversidad va a acarrear exclusión y va a ser vista como un defecto”
La
misión de formar una ciudadanía integrada enfrenta una dificultad muy seria
cuando no hay congruencia entre lo que dice el discurso y lo que se hace en la
práctica. La preocupación surge cuando se observa que los criterios establecidos para determinar lo
que es valioso o no valioso de nuestra herencia cultural, anteponen el
beneficio económico por sobre la formación de ciudadanos con identidad propia[3].
El “discurso del bienestar”[4]
que desde la segunda mitad del pasado siglo se expresó en la construcción de la
infraestructura necesaria para la integración y el desarrollo nacional,
consolidó la idea por la que “hacer obra” es sinónimo de progreso y modernidad.
Sin embargo, en la “visión de progreso” hoy dominante, se considera como
“utopía arcaica” toda propuesta de conservación y revaloración de nuestro
patrimonio cultural, rompiendo el necesario equilibrio entre proyecto nacional
y memoria histórica. Esta tendencia fue advertida magistralmente por José María
Arguedas en su célebre “Llamado a algunos doctores”.
No
debemos olvidar que las bases materiales de nuestra identidad cultural
constituyen no solo patrimonio de la nación, sino que son creaciones de nuestra
civilización andina, la segunda en antigüedad después de la egipcia y una de las siete
civilizaciones primarias creadas por la humanidad, según el historiador Arnold Toynbee; y que, en el territorio peruano existen vestigios
milenarios de ésta que aún esperan ser estudiados y revalorados. En este
sentido, hace poco, la Dra. Ruth Shady, arqueóloga que investiga y ha puesto en
valor la ciudad sagrada de Caral, refiriéndose a las inversiones en
infraestructura y minería que destruyen el patrimonio arqueológico[5],
dijo: "es como si se hubiera quemado
un libro que nunca nadie leyó. Lo que se destruyó es una historia perdida".
Es
muy importante considerar estos antecedentes para comprender en profundidad y
amplitud, requeridas en toda su complejidad, el horizonte de sucesos que
representa en lo que hace a la reconstrucción y rehabilitación de nuestra
identidad cultural andina, el caso de la Huaca Puruchuco, uno de los monumentos
prehispánicos más hermosos que nos muestran la estética y funcionalidad de la
arquitectura desarrollada por los primeros pobladores de Lima.
Pero
no es solo eso. Puruchuco, aparte de ser un complejo arqueológico cuyo estudio
apenas está iniciado y que incluye el yacimiento funerario más grande del valle
del Rímac, con toda la riqueza que ello significa, también es la oportunidad
para un estudio e investigación que busque construir bajo nuevos parámetros,
términos y enfoque, la verdadera y completa historia de Lima y del Perú, único
cimiento válido para la reconstrucción de nuestra verdadera identidad nacional,
o sea, que constituya la base de la proyección del futuro horizonte de sucesos
de la reconstrucción de la identidad cultural de una ciudadanía nacional
integrada.
Existen
propuestas que conviene recordar como la del Lic. P.R. Aco Cataldo[6],
que consiste en convertir a todo nuestro territorio, vía expediente técnico el
reconocimiento por UNESCO del Perú como Primer Museo de la Prehistoria e
Historia Universal de la Humanidad. Lo cual, podría iniciarse con la red de
vestigios que aún quedan de Lima-Callao como son: Puruchuco, Paraíso,
Cajamarquilla, Huachipa, Pachacamac, etc.
Se
trata de una oportunidad para que empiece a ser realidad, de una vez por todas,
el nuevo proceso de reconstrucción integrada de la identidad nacional, que
resuelva en su conjunto en todo el Perú y no sólo en sitios aislados e
inconexos - Macchupichu, Kuelap, Chanchan, Líneas Calendario de Nazca, Sipan,
Yarinacocha, etc., y por tanto de modo parcial e incompleto, más en función del
turismo internacional e incremento del PBI que de nosotros mismos, el problema
de nuestra falta de identificación integrada y total, con lo que verdaderamente
somos a nivel de la humanidad, desde hace no menos de 20 mil años.
En efecto, tan pronto se compruebe con el test Carbono-14 que
el vestigio El Paraiso localizado en el distrito de San Martín de Porres -
Lima, tiene 5,000 años de antigüedad, el Ministerio de Cultura debería preparar
el expediente técnico para la puesta en valor, completa e integrada, de El
Paraíso y Puruchuco, como componentes de la red total de conjuntos
arqueológicos – huacas, existentes en Lima
Metropolitana que hacen que sea la ciudad de más antigua y continua de América.
En
el caso de Puruchuco, el estudio a nivel de perfil y definitivo de su puesta
en valor, tendría que considerar la prehistoria e historia real de su constitución
y desarrollo, incluyendo las laderas de los cerros cercanos, cementerio que
guarda los restos de los guerreros de Manco Inca, que pusieron cerco a la Ciudad de los Reyes en
1536 y que por lo tanto, merece ser considerado un santuario patrio, como el
que se da a todos nuestros héroes que han dado su vida por la nación peruana,
ahora que nos preparamos para recordar el bicentenario de nuestra
independencia.
Asimismo,
fortalece esta propuesta, el hecho que el sitio Puruchuco sigue siendo hasta el
presente, un lugar sagrado para la religiosidad Andina que ha logrado
sobrevivir a la extirpación de idolatrías. Finalmente, y no menos importante,
Puruchuco aún conserva los canales prehispánicos y los centros de acopio y
distribución de productos, ejemplos de ingeniería hidráulica y logística
administrativa. Por ello, su puesta en valor deberá incluir la rehabilitación
de estas instalaciones. Y lo más importante, para que su contribución a la
identificación cultural e integrada de los peruanos sea completa y efectiva,
desde los estudios debe ser participativa. O sea, debe hacerse con la activa
participación de las instituciones educativas y organizaciones de base
localizadas en su área de influencia.
En
una entrevista[7]
para la agencia EFE con motivo de la exposición “Puruchuco: la gran rebelión
Inca”, la directora del Museo de la Nación afirmó que “Puruchuco representa el vínculo con nuestro pasado milenario y su
proyección al futuro”.
Atenta contra el futuro de nuestro patrimonio
cultural el hecho de que en el mismo lugar que ocupa hoy la Huaca Puruchuco, va a construirse un túnel para prolongar la
Av. Javier Prado. A pesar de las alternativas viales presentadas por el Colegio
de Arquitectos, razonables y sustentadas, la decisión de profanar la Huaca se
apoya en criterios de rentabilidad económica, desdeñando los argumentos de
identidad cultural. Este es un caso de los que señalaba el Dr. Guillermo
Nugent, en los que se apuesta por un modelo homogéneo de progreso, que
considera nuestra herencia cultural como algo desechable. En casos como este, el
silencio equivale a dar un visto bueno a la destrucción de nuestro patrimonio cultural.
Luis Real Flores
Lima, junio del 2103
[1] Revista académica del Centro de Altos Estudios Registrales - CAER (RENIEC), edición n° 9 (Dic2011)
[2] Director del Centro de Altos Estudios Registrales del RENIEC
[3] La nominación de los peruanos merece un estudio desde una
perspectiva de identidad cultural
[4] “Adiós al discurso moderno en el Perú”, José Ignacio López Soria (ex Rector de la Universidad Nacional de Ingeniería)
[5] Informe sobre Caral publicado en El Comercio, 13Ene2013
[6] Pascual Raúl Aco Cataldo, psicólogo ambiental, metodólogo cibernético
y conferencista, es especialista en componente socio-económico-cultural y
psíquico de estudios e investigaciones de impacto ambiental. Ha publicado
“Metodología de la investigación científica” (1980), “El desgobierno del
Estado: 1542-2004” (2004), “La gran amenaza”, “El fracaso del Estado” (2006),
“El taller de la mente” (2007), y está por publicar “Ciencia e Ingeniería
Psíquica Cibernética Cuántica: Avances teórico y aplicado 1980-2013” en 3
volúmenes. (pracoxxi@gmail.com)
[7] Entrevista concedida al periodista español, Fernando Gimeno (EFE),
en marzo del 2012
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