LO COTIDIANO COMO ESTRATEGICO
En su discurso inaugural, el
presidente Pedro Castillo hizo un apretado resumen de nuestra historia y esbozó
algunas de las líneas maestras de lo que será su gobierno. Interesa destacar lo
visionario de su enfoque que tiene tanto de innovador como de actualizador, leyéndolo
desde el horizonte propio de la cultura andina.
De lo expuesto en su discurso, la
propuesta de “impulsar un sistema nacional de cuidados” requiere de múltiples
iniciativas complementarias que, surgiendo desde abajo, sean convergentes con
la visión esbozada por el presidente.
El mundo entero atraviesa un período
de turbulencia y el Perú no es la excepción. Lo específico de la tormenta
política en el Perú es que está enraizada en su historia y su nivel de
conflictividad es proporcional a la profundidad de sus problemas no resueltos
desde su fundación por los cristianos europeos. Los problemas creados en
cuatrocientos ochenta y cuatro años de colonialidad, que los doscientos años de
republica criolla profundizó, no van a ser resueltos en un período de cinco
años de gobierno. Pero se puede avanzar en esa dirección.
Una de las primeras cosas que
necesitamos es, desechar la idea de volver a lo que se entendía por normalidad.
A cada rato y en todas partes, escuchamos que el mundo está cambiando y que
estos cambios se van acelerando; pero muy pocos saben hacia donde nos llevan
esos cambios. ¿Cómo afrontarlos y que hacer para que no nos arrastren y antes
bien, sean a nuestro favor?
Para que la actividad económica se
recupere, se requiere contar con un
rumbo definido que nos permita tramontar el actual período de turbulencia.
Ciertamente, la pandemia y sus secuelas han sido golpes mortales para muchas
familias y siguen siendo una amenaza para muchas más, por los costos que
acarrea, por la pérdida de empleo/ingreso que significa y por el abandono en
que quedan los dependientes de quienes se van. Pero no es solo la pandemia, son
las condiciones previas de existencia las que nos han puesto en condiciones de
vulnerabilidad.
Si no hay empleos, necesitamos
generarlos. Si los hay, necesitamos que
los trabajadores accedan a ellos en las mejores condiciones. No se trata de
aceptar cualquier empleo por la urgencia de ingreso que se tiene. Se requiere asegurar unas “condiciones de
existencia dignas”, que permita negociar un salario adecuado.
Aquí es necesario precisar nuestra
relación con el Estado, reconociéndonos como parte de la fuerza de trabajo que
produce los bienes y servicios que hacen caminar al país y como tales,
reclamamos al Estado la atención requerida para desarrollar nuestros proyectos
de vida.
Son muchas las carencias, son tantas y
tales que hacen insuficientes los ingresos que se tienen. El núcleo micro
social de esta situación se encuentra en el hogar/familia, que por diferentes razones
-para bien o para mal- está transformándose en algo distinto al tradicional
modelo patriarcal. De lo que se trata aquí es, partiendo de lo real existente
mirar hacia lo imaginado posible, buscando las maneras, acuerdos y
procedimientos que permitan esa transición al menor costo (vital, político,
social) posible. Construir una base social, con una visión de futuro, con
infraestructura propia, con nuevas formas de organizarse, relacionarse,
producir, intercambiar y disfrutar de los bienes y servicios necesarios, que
vayan modelando una nueva subjetividad, utilizando como herramientas la memoria
histórica, la tradición cultural andina y la utopística libertaria.
El pensamiento dominante durante las
últimas décadas impuso el paradigma del éxito individual sobre la base de la
competitividad y la meritocracia, con su cara oculta de cinismo, corrupción y
violencia. Quienes no se alineaban en esa dirección eran vistos como
“perdedores” hasta que llegó la pandemia y las evidencias no pudieron ocultarse
más. El Estado se ha mostrado incapaz de atender las necesidades más
elementales de la población y el mercado se ha despojado de su maquillaje
publicitario para mostrarse como lo que es: La especulación con el oxígeno, los
precios de los medicamentos y la atención médica en clínicas privadas son
muestras elocuentes de negocios privados que atentan contra el bien común. Las
víctimas de la pandemia son un indicador más del grado de inequidad, que los
valores de este orden social promueven.
La pandemia y sus secuelas constituyen
un punto de quiebre en las trayectorias vitales de muchas familias; tanto por
la pérdida de seres queridos como por las contingencias que ha traído consigo,
llevándonos a la deriva de situaciones y tendencias cuyo rumbo desconocemos.
Ir a la deriva significa viajar sin
rumbo, a merced de fuerzas externas que nos impiden tener el control de nuestra
existencia. Necesitamos mirar hacia un horizonte, definir el rumbo y hacernos
cargo de nuestra propia existencia. Eso lo podremos lograr construyendo una
“retaguardia” sólida y segura, que nos de la confianza de poder enfrentar con
éxito cualquier contingencia.
De eso trata esta propuesta. De traer
lo nacional (macro) a lo familiar/personal (micro). De ir construyendo desde su
base una nueva forma de organizarnos y relacionarnos, a partir de lo mas
inmediato que significa la reproducción de nuestras condiciones de existencia,
de las tareas del día a día. (Ver notas al final del texto)
De manera resumida se presenta la idea
para implementar una empresa de servicios cotidianos que busca hacer visibles
los trabajos domésticos no remunerados y ponerlos como eje de un proyecto mayor
de reorganización de la gestión de la vida cotidiana[1].
En el centro de la propuesta está la
noción de autonomía y autogestión, de las personas y las organizaciones, que
son la principal fortaleza frente a las turbulencias externas.
Si entendemos por “gestión” el
conjunto de acciones que se planean y ejecutan para alcanzar una meta y que, en
las condiciones actuales, para la mayoría, está limitada a sobrevivir, es que
hablamos de “Reorganizar la gestión de la vida cotidiana” y en esa dirección,
se alcanza esta propuesta.
·
Supuestos
-
El problema del empleo/ingreso es un problema da la familia/hogar
-
La familia/hogar es el soporte (retaguardia o base de apoyo) del
trabajador(a)
-
La naturaleza y calidad de la familia/hogar es determinante para la
empleabilidad del trabajador(a)
-
Hasta el presente, la vida cotidiana discurre en un “cauce familiar” que
se va alejando del modelo tradicional de familia[2].
-
La diversidad de formas familiares es un problema, pero también una
posibilidad
-
Hasta hoy, la mujer (madre, hermana, esposa, hija) es quien se encarga
de los cuidados al interior de la familia.
-
El carecer de un ingreso monetario seguro (desempleo, subempleo,
informalidad) y las contingencias de la vida, impulsan el ingreso de la mujer
al mercado laboral.
-
Esta mayor inserción femenina al mercado laboral genera una creciente
demanda insatisfecha de cuidados. Ya no hay cuidadoras a tiempo completo.
-
El contraste entre el “modo de vida urbano” con las formas tradicionales
de vivir, resume el nudo de la problemática que queremos afrontar.
-
El espacio como representación del poder: Se asume como es o se modifica
para recrearlo. Se requiere de un nuevo hábitat.
·
Visión de futuro
-
Alcanzar un ACUERDO SOCIAL que ponga las necesidades personales y el bienestar
en el centro de las políticas públicas, orientándose hacia la constitución de
una esfera pública no estatal.
-
Diseñar una estructura familiar compuesta (Comunidad Multifamiliar)
cuyos ingresos alcancen un mínimo per cápita razonable, que sea una base de
apoyo para el despliegue de sus capacidades y logro de sus posibilidades.
-
Esta Comunidad Multifamiliar requerirá de un hábitat que le sea
propicio. Tendrá que diseñarse y construirse.
-
La empresa de servicios cotidianos sería uno de los instrumentos de esta
comunidad multifamiliar, orientada a garantizar la reproducción de la vida
social en condiciones de dignidad.
-
La empresa desarrollará sus actividades dentro y fuera de la unidad
multifamiliar. En el ámbito interno, será en base a los principios de
solidaridad, cooperación y reciprocidad; y en el mercado abierto, de acuerdo a las
reglas de este (eficacia, eficiencia y calidad).
-
Esto quiere decir que es un modelo anfibio, de transición, con un pie en
la realidad actual y el otro, en un nuevo modelo social por construir.
·
Identificación de problemas
-
La desestructuración familiar, inestabilidad e incertidumbre conyugal,
añadida a la falta de tiempo para los cuidados, que agravan la situación de
quienes los requieren.
-
Los niños, los ancianos y los enfermos se encuentran en extrema
vulnerabilidad.
-
Cuanto mayor es la cantidad de dependientes mayores serán las
necesidades de gasto y la demanda de tiempo.
-
A mayor urgencia de gasto menor es la capacidad para negociar las
condiciones laborales, creándose un círculo vicioso de bajos ingresos y
necesidades siempre insatisfechas.
-
Las tensiones entre lo familiar y lo laboral son a la vez causa y efecto
de la pobreza y la desigualdad social.
-
Nutrición, aseo y limpieza, educación, salud preventiva, recreación,
reparaciones domésticas son, entre otras, necesidades insatisfechas.
-
Las calles se han convertido en “tierra de nadie” donde se asentaron
bandas delincuenciales que imponen su ley.
-
La pandemia y sus secuelas
·
Actividades
-
Ubicar los espacios/territorios propicios
-
Convocar a los actores
-
Diseñar la intervención
-
Formar cuadros dirigentes
-
Organizar los espacios de los cuidados
-
Capacitar personal en las funciones requeridas
-
Aprender haciendo
·
Procedimiento
Definido el espacio de intervención y
convocados los actores, el diseño tendrá los siguientes lineamientos:
-
La comunidad multifamiliar tendrá el rol de ser “una familia grande”,
con normas y autoridades reconocidas, que recoge tradiciones de los ayllus, los
kibutz, los falansterios, entre otros.
-
Comunidades multifamiliares con una población no mayor a 50 personas
(discusión)
-
Con los datos reales de la población (género, edad, nivel de
instrucción, experiencia laboral, activos tangibles e intangibles, ingresos
reales actuales y expectativas de mejora, etc) se diseñará un proceso
específico de transición a la transición[3],
que permita llegar sin mayores “turbulencias” al modelo de “comunidad
multifamiliar” y de empresa propuestos.
-
La empresa de servicios cotidianos será el medio con el cual se
generarán los ingresos de la comunidad multifamiliar, dando soporte a las
actividades de cuidados de dependientes y formación de adolescentes, así como a
la reproducción de la fuerza de trabajo en condiciones de vida digna.
-
Se organizará a la población en tres grupos: Dependientes (menores de 13
años, mayores de 80 años, pacientes especiales y discapacitados); adolescentes
(menores entre 13 y 18 años); adultos.
-
Se aspirará a un asentamiento propio (edificación, local, terreno) para
cada comunidad en función de un diseño espacial acorde con sus propósitos.
-
Se procurará espacio propio para cada uno de los grupos que se ha
indicado, con un diseño concordante con las funciones previstas.
NOTAS DE SUSTENTO
(*) Imagen tomada del Blog "20minutos.es/mas de la mitad" - 2018
(**) Imagen tomada de "Economía feminista, cuidados y políticas publicas" de Julia Evelyn Martínez
1. “Las economías se han organizado asumiendo que existe, y siempre existirá, “una mano invisible” que sostiene la reproducción social y prepara la fuerza de trabajo para el mercado. A su vez, este mercado también presenta sesgos, ya que persisten las brechas salariales de género en todos los países de la región. Pese a esto, y afrontando todas las discriminaciones del mercado laboral, las mujeres siguen sumándose a esta esfera, sin abandonar las responsabilidades de cuidado asignadas. Ante los cambios demográficos, socioeconómicos y ambientales que aumentan la demanda de cuidados y sin políticas públicas adecuadas, podrían profundizarse las desigualdades de género e incluso podría agudizarse la crisis de los cuidados. El modelo actual de organización social de los cuidados, que se basa en las familias y se mantiene gracias al trabajo no remunerado de las mujeres, ya no es sostenible. En un contexto en que las dinámicas demográficas y las necesidades y formatos de trabajo están cambiando, las demandas de mano de obra en los sectores vinculados a la economía del cuidado tenderán a incrementarse. Ello supone también nuevas oportunidades de empleo en la medida en que estas necesidades de cuidado se atiendan colectivamente a través de mercados de empleo regulados con condiciones laborales decentes y con garantía de acceso a servicios de cuidados de calidad. “CEPAL - Notas para la igualdad”: “La economía del cuidado como acelerador del cambio estructural con igualdad” – 06MARZO2020 https://oig.cepal.org/sites/default/files/no30_esp_-_economia_del_cuidado.pdf
2. “La economía del cuidado está creciendo a medida que aumenta la demanda de cuidado de los niños y de las personas de edad en todas las regiones, por lo que creará numerosos empleos en los próximos años. Sin embargo, el trabajo de cuidados en todo el mundo sigue estando caracterizado por la falta de beneficios y protecciones, por bajos salarios o nula compensación, y por el riesgo de sufrir daños físicos y mentales y, en algunos casos, abuso sexual. Es evidente que se requieren nuevas soluciones a la prestación de cuidados en dos frentes: en lo que respecta a la naturaleza y la facilitación de políticas y servicios de cuidado, y en términos de las condiciones en que los cuidados se prestan.” OIT – “La economía del cuidado” - https://www.ilo.org/global/topics/care-economy/lang--es/index.htm
3. “Las cooperativas están surgiendo como un tipo innovador de proveedor de cuidados, en particular a falta de opciones públicas o de otras opciones privadas viables. También pueden facilitar el acceso a unas mejores condiciones de trabajo en el sector del cuidado (p.ej., acceso a prestaciones, más poder de negociación, horas regularizadas) – en particular para las trabajadoras.” OIT – “Prestación de cuidados a través de cooperativas” - https://www.ilo.org/global/topics/care-economy/cooperatives/lang--es/index.htm
4. “También, es posible generar programas que sean complementarios al trabajo del hogar, como en el caso de las lavadoras comunitarias o centros de cuidado infantil organizados por la misma comunidad. Las iniciativas existentes de grupos de mujeres pueden servir como base para ser estudiadas y replicadas. De este modo, se apuntaría a lograr la cobertura necesaria en las zonas rurales y fomentar las iniciativas de la nueva generación de mujeres rurales que buscan desaparecer las brechas que les impiden desarrollar su potencial.” IEP – “Economía del cuidado: Valoración y visibilizarían del trabajo no remunerado” – Documento de trabajo del programa Nueva Trenzas – 2013 https://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/A36585D86AF7A91305257BB4005AF7A2/$FILE/economiadelcuidadovalortrabajonoremunerado.pdf
5. “Si la crisis de los sistemas de cuidados era ya un problema en nuestro país, la del COVID-19 ha llevado este problema a un extremo insostenible, que obliga a que la discusión acerca de los sistemas de cuidados ocupe la primera línea del debate y de la acción públicos: esto, no solo como base para la justicia económica y de género, sino como elemento central para garantizar el bienestar y la reproducción de la vida en nuestra sociedad.” – OXFAM – “Tiempos de cuidados: Desigualdades, economía feminista y trabajo de cuidados en el Perú. Aportes para transformar un sistema en crisis” – 2021 https://oi-files-cng-prod.s3.amazonaws.com/peru.oxfam.org/s3fs-public/file_attachments/Tiempos-de-Cuidados-Peru.pdf
[1] Ver: ESCUELAS PARA LA VIDA, en http://asporlavida.blogspot.com/2010/08/escuelas-para-la-vida.html
[2] El modelo
tradicional de familia frente a la diversidad de formas de familia, hoy.
[3] La propuesta de ESC es un “proceso de transición” hacia un modelo de “Buen vivir”. Como esto no puede darse “de golpe”, se requiere también, de una transición desde una situación actual cualquiera.
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