domingo, 5 de septiembre de 2021

REORGANIZAR LA GESTION DE LA VIDA COTIDIANA

LOS CUIDADOS SOSTIENEN LA VIDA(*)

LO COTIDIANO COMO ESTRATEGICO

En su discurso inaugural, el presidente Pedro Castillo hizo un apretado resumen de nuestra historia y esbozó algunas de las líneas maestras de lo que será su gobierno. Interesa destacar lo visionario de su enfoque que tiene tanto de innovador como de actualizador, leyéndolo desde el horizonte propio de la cultura andina.

De lo expuesto en su discurso, la propuesta de “impulsar un sistema nacional de cuidados” requiere de múltiples iniciativas complementarias que, surgiendo desde abajo, sean convergentes con la visión esbozada por el presidente.   

El mundo entero atraviesa un período de turbulencia y el Perú no es la excepción. Lo específico de la tormenta política en el Perú es que está enraizada en su historia y su nivel de conflictividad es proporcional a la profundidad de sus problemas no resueltos desde su fundación por los cristianos europeos. Los problemas creados en cuatrocientos ochenta y cuatro años de colonialidad, que los doscientos años de republica criolla profundizó, no van a ser resueltos en un período de cinco años de gobierno. Pero se puede avanzar en esa dirección.

Una de las primeras cosas que necesitamos es, desechar la idea de volver a lo que se entendía por normalidad. A cada rato y en todas partes, escuchamos que el mundo está cambiando y que estos cambios se van acelerando; pero muy pocos saben hacia donde nos llevan esos cambios. ¿Cómo afrontarlos y que hacer para que no nos arrastren y antes bien, sean a nuestro favor?

Para que la actividad económica se recupere, se requiere contar con   un rumbo definido que nos permita tramontar el actual período de turbulencia. Ciertamente, la pandemia y sus secuelas han sido golpes mortales para muchas familias y siguen siendo una amenaza para muchas más, por los costos que acarrea, por la pérdida de empleo/ingreso que significa y por el abandono en que quedan los dependientes de quienes se van. Pero no es solo la pandemia, son las condiciones previas de existencia las que nos han puesto en condiciones de vulnerabilidad.

Si no hay empleos, necesitamos generarlos.  Si los hay, necesitamos que los trabajadores accedan a ellos en las mejores condiciones. No se trata de aceptar cualquier empleo por la urgencia de ingreso que se tiene.  Se requiere asegurar unas “condiciones de existencia dignas”, que permita negociar un salario adecuado.

Aquí es necesario precisar nuestra relación con el Estado, reconociéndonos como parte de la fuerza de trabajo que produce los bienes y servicios que hacen caminar al país y como tales, reclamamos al Estado la atención requerida para desarrollar nuestros proyectos de vida.

Son muchas las carencias, son tantas y tales que hacen insuficientes los ingresos que se tienen. El núcleo micro social de esta situación se encuentra en el hogar/familia, que por diferentes razones -para bien o para mal- está transformándose en algo distinto al tradicional modelo patriarcal. De lo que se trata aquí es, partiendo de lo real existente mirar hacia lo imaginado posible, buscando las maneras, acuerdos y procedimientos que permitan esa transición al menor costo (vital, político, social) posible. Construir una base social, con una visión de futuro, con infraestructura propia, con nuevas formas de organizarse, relacionarse, producir, intercambiar y disfrutar de los bienes y servicios necesarios, que vayan modelando una nueva subjetividad, utilizando como herramientas la memoria histórica, la tradición cultural andina y la utopística libertaria.

El pensamiento dominante durante las últimas décadas impuso el paradigma del éxito individual sobre la base de la competitividad y la meritocracia, con su cara oculta de cinismo, corrupción y violencia. Quienes no se alineaban en esa dirección eran vistos como “perdedores” hasta que llegó la pandemia y las evidencias no pudieron ocultarse más. El Estado se ha mostrado incapaz de atender las necesidades más elementales de la población y el mercado se ha despojado de su maquillaje publicitario para mostrarse como lo que es: La especulación con el oxígeno, los precios de los medicamentos y la atención médica en clínicas privadas son muestras elocuentes de negocios privados que atentan contra el bien común. Las víctimas de la pandemia son un indicador más del grado de inequidad, que los valores de este orden social promueven.

La pandemia y sus secuelas constituyen un punto de quiebre en las trayectorias vitales de muchas familias; tanto por la pérdida de seres queridos como por las contingencias que ha traído consigo, llevándonos a la deriva de situaciones y tendencias cuyo rumbo desconocemos.

Ir a la deriva significa viajar sin rumbo, a merced de fuerzas externas que nos impiden tener el control de nuestra existencia. Necesitamos mirar hacia un horizonte, definir el rumbo y hacernos cargo de nuestra propia existencia. Eso lo podremos lograr construyendo una “retaguardia” sólida y segura, que nos de la confianza de poder enfrentar con éxito cualquier contingencia.

De eso trata esta propuesta. De traer lo nacional (macro) a lo familiar/personal (micro). De ir construyendo desde su base una nueva forma de organizarnos y relacionarnos, a partir de lo mas inmediato que significa la reproducción de nuestras condiciones de existencia, de las tareas del día a día. (Ver notas al final del texto)

De manera resumida se presenta la idea para implementar una empresa de servicios cotidianos que busca hacer visibles los trabajos domésticos no remunerados y ponerlos como eje de un proyecto mayor de reorganización de la gestión de la vida cotidiana[1].

En el centro de la propuesta está la noción de autonomía y autogestión, de las personas y las organizaciones, que son la principal fortaleza frente a las turbulencias externas.

Si entendemos por “gestión” el conjunto de acciones que se planean y ejecutan para alcanzar una meta y que, en las condiciones actuales, para la mayoría, está limitada a sobrevivir, es que hablamos de “Reorganizar la gestión de la vida cotidiana” y en esa dirección, se alcanza esta propuesta.

¿Cómo se sostiene la vida?(**)

·         Supuestos

-          El problema del empleo/ingreso es un problema da la familia/hogar

-          La familia/hogar es el soporte (retaguardia o base de apoyo) del trabajador(a)

-          La naturaleza y calidad de la familia/hogar es determinante para la empleabilidad del trabajador(a)

-          Hasta el presente, la vida cotidiana discurre en un “cauce familiar” que se va alejando del modelo tradicional de familia[2].

-          La diversidad de formas familiares es un problema, pero también una posibilidad

-          Hasta hoy, la mujer (madre, hermana, esposa, hija) es quien se encarga de los cuidados al interior de la familia.

-          El carecer de un ingreso monetario seguro (desempleo, subempleo, informalidad) y las contingencias de la vida, impulsan el ingreso de la mujer al mercado laboral.

-          Esta mayor inserción femenina al mercado laboral genera una creciente demanda insatisfecha de cuidados. Ya no hay cuidadoras a tiempo completo.

-          El contraste entre el “modo de vida urbano” con las formas tradicionales de vivir, resume el nudo de la problemática que queremos afrontar.

-          El espacio como representación del poder: Se asume como es o se modifica para recrearlo. Se requiere de un nuevo hábitat.

·         Visión de futuro

-          Alcanzar un ACUERDO SOCIAL que ponga las necesidades personales y el bienestar en el centro de las políticas públicas, orientándose hacia la constitución de una esfera pública no estatal.

-          Diseñar una estructura familiar compuesta (Comunidad Multifamiliar) cuyos ingresos alcancen un mínimo per cápita razonable, que sea una base de apoyo para el despliegue de sus capacidades y logro de sus posibilidades.

-          Esta Comunidad Multifamiliar requerirá de un hábitat que le sea propicio. Tendrá que diseñarse y construirse.

-          La empresa de servicios cotidianos sería uno de los instrumentos de esta comunidad multifamiliar, orientada a garantizar la reproducción de la vida social en condiciones de dignidad.

-          La empresa desarrollará sus actividades dentro y fuera de la unidad multifamiliar. En el ámbito interno, será en base a los principios de solidaridad, cooperación y reciprocidad; y en el mercado abierto, de acuerdo a las reglas de este (eficacia, eficiencia y calidad).

-          Esto quiere decir que es un modelo anfibio, de transición, con un pie en la realidad actual y el otro, en un nuevo modelo social por construir.

·         Identificación de problemas

-          La desestructuración familiar, inestabilidad e incertidumbre conyugal, añadida a la falta de tiempo para los cuidados, que agravan la situación de quienes los requieren. 

-          Los niños, los ancianos y los enfermos se encuentran en extrema vulnerabilidad.

-          Cuanto mayor es la cantidad de dependientes mayores serán las necesidades de gasto y la demanda de tiempo.

-          A mayor urgencia de gasto menor es la capacidad para negociar las condiciones laborales, creándose un círculo vicioso de bajos ingresos y necesidades siempre insatisfechas.

-          Las tensiones entre lo familiar y lo laboral son a la vez causa y efecto de la pobreza y la desigualdad social.

-          Nutrición, aseo y limpieza, educación, salud preventiva, recreación, reparaciones domésticas son, entre otras, necesidades insatisfechas.

-          Las calles se han convertido en “tierra de nadie” donde se asentaron bandas delincuenciales que imponen su ley.

-          La pandemia y sus secuelas

·         Actividades

-          Ubicar los espacios/territorios propicios

-          Convocar a los actores

-          Diseñar la intervención

-          Formar cuadros dirigentes

-          Organizar los espacios de los cuidados

-          Capacitar personal en las funciones requeridas

-          Aprender haciendo

·         Procedimiento

Definido el espacio de intervención y convocados los actores, el diseño tendrá los siguientes lineamientos:

-          La comunidad multifamiliar tendrá el rol de ser “una familia grande”, con normas y autoridades reconocidas, que recoge tradiciones de los ayllus, los kibutz, los falansterios, entre otros.

-          Comunidades multifamiliares con una población no mayor a 50 personas (discusión)

-          Con los datos reales de la población (género, edad, nivel de instrucción, experiencia laboral, activos tangibles e intangibles, ingresos reales actuales y expectativas de mejora, etc) se diseñará un proceso específico de transición a la transición[3], que permita llegar sin mayores “turbulencias” al modelo de “comunidad multifamiliar” y de empresa propuestos.

-          La empresa de servicios cotidianos será el medio con el cual se generarán los ingresos de la comunidad multifamiliar, dando soporte a las actividades de cuidados de dependientes y formación de adolescentes, así como a la reproducción de la fuerza de trabajo en condiciones de vida digna.

-          Se organizará a la población en tres grupos: Dependientes (menores de 13 años, mayores de 80 años, pacientes especiales y discapacitados); adolescentes (menores entre 13 y 18 años); adultos.

-          Se aspirará a un asentamiento propio (edificación, local, terreno) para cada comunidad en función de un diseño espacial acorde con sus propósitos.

-          Se procurará espacio propio para cada uno de los grupos que se ha indicado, con un diseño concordante con las funciones previstas.

 

 NOTAS DE SUSTENTO

(*) Imagen tomada del Blog "20minutos.es/mas de la mitad" - 2018 

(**) Imagen tomada de "Economía feminista, cuidados y políticas publicas" de Julia Evelyn Martínez

1.  Las economías se han organizado asumiendo que existe, y siempre existirá, “una mano invisible” que sostiene la reproducción social y prepara la fuerza de trabajo para el mercado. A su vez, este mercado también presenta sesgos, ya que persisten las brechas salariales de género en todos los países de la región. Pese a esto, y afrontando todas las discriminaciones del mercado laboral, las  mujeres siguen sumándose a esta esfera, sin abandonar las responsabilidades de cuidado asignadas.  Ante los cambios demográficos, socioeconómicos y ambientales que aumentan la demanda de cuidados y sin políticas públicas  adecuadas, podrían profundizarse las desigualdades de género e incluso podría agudizarse la crisis de los cuidados. El modelo  actual de organización social de los cuidados, que se basa en las familias y se mantiene gracias al trabajo no remunerado de las  mujeres, ya no es sostenible.   En un contexto en que las dinámicas demográficas y las necesidades y formatos de trabajo están cambiando, las demandas de  mano  de  obra  en  los  sectores  vinculados  a  la  economía  del  cuidado  tenderán  a  incrementarse.  Ello  supone  también  nuevas  oportunidades de empleo en la medida en que estas necesidades de cuidado se atiendan colectivamente a través de mercados de  empleo regulados con condiciones laborales decentes y con garantía de acceso a servicios de cuidados de calidad. “CEPAL - Notas para la igualdad”: “La economía del cuidado como acelerador del cambio estructural con igualdad” – 06MARZO2020 https://oig.cepal.org/sites/default/files/no30_esp_-_economia_del_cuidado.pdf

2.    La economía del cuidado está creciendo a medida que aumenta la demanda de cuidado de los niños y de las personas de edad en todas las regiones, por lo que creará numerosos empleos en los próximos años. Sin embargo, el trabajo de cuidados en todo el mundo sigue estando caracterizado por la falta de beneficios y protecciones, por bajos salarios o nula compensación, y por el riesgo de sufrir daños físicos y mentales y, en algunos casos, abuso sexual. Es evidente que se requieren nuevas soluciones a la prestación de cuidados en dos frentes: en lo que respecta a la naturaleza y la facilitación de políticas y servicios de cuidado, y en términos de las condiciones en que los cuidados se prestan.” OIT – “La economía del cuidado” - https://www.ilo.org/global/topics/care-economy/lang--es/index.htm

3.    “Las cooperativas están surgiendo como un tipo innovador de proveedor de cuidados, en particular a falta de opciones públicas o de otras opciones privadas viables. También pueden facilitar el acceso a unas mejores condiciones de trabajo en el sector del cuidado (p.ej., acceso a prestaciones, más poder de negociación, horas regularizadas) – en particular para las trabajadoras.” OIT – “Prestación de cuidados a través de cooperativas” - https://www.ilo.org/global/topics/care-economy/cooperatives/lang--es/index.htm

4.    También, es posible generar programas que sean complementarios al trabajo del hogar, como en el caso de las lavadoras comunitarias o centros de cuidado infantil organizados por la misma comunidad. Las iniciativas existentes de grupos de mujeres pueden servir como base para ser estudiadas y replicadas. De este modo, se apuntaría a lograr la cobertura necesaria en las zonas rurales y fomentar las iniciativas de la nueva generación de mujeres rurales que buscan desaparecer las brechas que les impiden desarrollar su potencial.” IEP – “Economía del cuidado: Valoración y visibilizarían del trabajo no remunerado” – Documento de trabajo del programa Nueva Trenzas – 2013 https://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/A36585D86AF7A91305257BB4005AF7A2/$FILE/economiadelcuidadovalortrabajonoremunerado.pdf

5.    Si la crisis de los sistemas de cuidados era ya un problema en nuestro país, la del COVID-19 ha llevado este problema a un extremo insostenible, que obliga a que la discusión acerca de los sistemas de cuidados ocupe la primera línea del debate y de la acción públicos: esto, no solo como base para la justicia económica y de género, sino como elemento central para garantizar el bienestar y la reproducción de la vida en nuestra sociedad.” – OXFAM – “Tiempos de cuidados: Desigualdades, economía feminista y trabajo de cuidados en el Perú. Aportes para transformar un sistema en crisis” – 2021 https://oi-files-cng-prod.s3.amazonaws.com/peru.oxfam.org/s3fs-public/file_attachments/Tiempos-de-Cuidados-Peru.pdf



[2] El modelo tradicional de familia frente a la diversidad de formas de familia, hoy.

[3] La propuesta de ESC es un “proceso de transición” hacia un modelo de “Buen vivir”. Como esto no puede darse “de golpe”, se requiere también, de una transición desde una situación actual cualquiera. 

martes, 25 de mayo de 2021


 ESTADO DE BARBARIE:  CRONICAS PARA UN BUEN GOBIERNO

“Un día prendió el pueblo su fósforo cautivo, oró de cólera
y soberanamente pleno, circular,
cerró su natalicio con manos electivas”

Himno a los Voluntarios de la Republica

Cesar Vallejo

 

En el Bicentenario de la independencia, y en medio de una pandemia que ha terminado de desnudar la incapacidad del Estado peruano para atender las necesidades más elementales de su población, el proceso electoral en curso nos abre una oportunidad. ¿Seremos capaces de entenderla? ¿sabremos aprovecharla?

Tras cinco años de desgobierno sumados a décadas de corrupción, dentro del largo tiempo de la colonialidad, estamos frente a un proceso electoral en el que el profesor Pedro Castillo ha logrado concentrar la esperanza en un cambio posible frente al miedo y la miseria moral que están mostrando los dueños del país.

La situación actual condensa todos los males sufridos por nuestro pueblo a lo largo de su historia, agravados por la pérdida de horizontes que den sentido a los proyectos de vida de sus ciudadanos. La gravedad del momento se evidencia en la incapacidad del Estado que permite al crimen organizado la posibilidad de hacerse del control de sus instituciones a través del proceso electoral.

 La fractura social ha quedado expuesta y los alineamientos se corresponden con el miedo a los cambios que sienten unos pocos, frente a las expectativas que estos mismos cambios generan entre amplios sectores del pueblo trabajador. Por un lado está el profesor Pedro Castillo quien encarna las demandas y expectativas de la población peruana; y frente a él, toda la caterva reaccionaria que va desde el marqués Vargas Llosa con los nostálgicos de la herencia colonial hasta la lumpen de la burguesía emergente personificada en los “cuellos blancos” con sus sicarios, que han cerrado filas detrás de la jefa de una organización criminal que es para ellos, la última garantía para preservar sus privilegios.

La posibilidad de victoria es cierta; sin embargo, hasta que no sea reconocido y proclamado por los organismos oficiales, no podemos cantar victoria. La memoria y la experiencia nos recuerda innumerables artimañas que podrían legalizar un fraude descomunal contra la voluntad popular. Y aun, si se consiguiera el triunfo, el sabotaje y las traiciones serán asunto de todos los días.

La nuestra es una vieja historia que vuelve siempre a lo mismo. Desde que se fundó la república hemos tenido breves períodos de bonanza que terminaron con grandes escándalos de corrupción, caos y desgobierno seguidos de dictaduras feroces con la misión de “restablecen el orden y el progreso” conduciéndonos al mismo punto de partida: la ley del más fuerte. En la mitad del pasado siglo, el sueño de progreso alentado por  la esperanza democrática produjo eso que se ha llamado “desborde popular” que, con la Reforma Agraria de 1969, abrió las compuertas sociales que dejaron al descubierto las prácticas discriminatorias en la vida social.

Las viejas ataduras, que vienen desde la fundación del Perú, se actualizaron luego con nuevos nudos. La dominación colonial instituida sobre la racialización del poder persiste hasta nuestros días a pesar de los 200 años que va a cumplir la “República independiente”. Si bien, en lo formal, todos somos iguales ante la Ley, los privilegios señoriales y el modo “gamonal” de ejercer la autoridad se mantienen en todas las instancias de la vida social, desde la cúspide del Estado hasta la vida familiar, negando esa “promesa de la vida peruana” que predicó Basadre.  A las herencias no resueltas se le suma la problemática del mundo de hoy, que hacen parecer inviable el sueño de la “nación peruana” tal como la conocimos. El mundo está cambiando, nosotros también.

Estamos ante un cambio de tiempos, un PACHAKUTI que habrá de "volver al mundo como era antes" de la llegada de los falsos Wiracochas. Lo estamos viendo en todo el mundo andino desde Chile hasta Colombia, y lo estamos viviendo aquí también. 

Los peruanos del norte, del sur y del oriente, junto a los peruanos de esta nueva Lima que no termina de nacer, constituimos la base social que dará pelea no solo por el triunfo electoral del profesor Pedro Castillo sino, sobre todo, para sostener y defender un programa de cambios en favor de los pueblos del Perú.

Es esta heterogénea y plural conformación de nuestra existencia social la que nos obliga a escuchar y entender a quienes no son como nosotros ni piensan como nosotros, pero que tienen el mismo derecho que nosotros de participar activamente en la reconstrucción nacional. Entender esto es crucial para encarar el futuro con optimismo.

La pandemia, la recesión y el cambio climático son los tres grandes enemigos que tenemos que enfrentar. Aquellos que se han beneficiado con los años de bonanza económica y abandonaron la salud y la educación de los peruanos; aquellos que han propiciado, permitido y se han beneficiado del saqueo de nuestros recursos naturales y la explotación del trabajo de los peruanos; aquellos que en nombre de un supuesto desarrollo alientan inversiones que destruirán bosques, fuentes de agua, contaminando aire, suelos y ríos, forman parte también de los enemigos de los pueblos del Perú.

Las grandes tareas del “día a día” no podrán ser asumidas desde el gobierno debido al procedimiento formal para su aprobación, que tiene que pasar por un debate en el Congreso con la posibilidad de rechazo de la ley, en las distintas instancias de control o, en el largo trayecto burocrático entre su aprobación y ejecución. Por ello es necesario que las organizaciones de base de cada comunidad, pueblo, ciudad o barrio, asuman la responsabilidad de conducir ese cambio: Alimentación, Salud, Educación y Recreación deben de ser tareas nuestras que no tienen que esperar su aprobación en el Congreso o en el Ejecutivo, para hacerlas realidad.

Las instituciones del Estado están diseñadas para ejercer un mando “desde arriba”, supuestamente neutral revestido con una pretensión de “conocimiento técnico profesional” que escoge las “mejores opciones” que, en la práctica solo han representado despojo, pobreza y exclusión para las mayorías nacionales. Tienen razón quienes acusan a la constitución neoliberal de ser la madre de tanto desatino; pero se equivocan al pensar que es solo eso y que con una nueva constitución cambiarán las cosas. Mirémonos en el espejo de nuestros hermanos de los países vecinos: No se trata solo de elaborar un nuevo Contrato Social. Se trata de poner en movimiento a todos los actores de este proceso de cambios para que se hagan responsables de proponer y plasmar en la realidad los cambios que se requieren; y, sobre todo, de permanecer vigilantes para que el rumbo del proceso no se desvíe o se revierta y terminemos peor que antes. 

Necesitamos invertir las escalas jerárquicas para que los hombres y mujeres “desde abajo” impulsen, desarrollen y hagan realidad los cambios necesarios, desplegando la inteligencia colectiva, encarnando los versos de Vallejo: “Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios…”.

Nuestra propuesta es organizarnos en cada comunidad, pueblo, ciudad o barrio, para desarrollar ESCUELAS PARA LA VIDA (*) en las que se vayan reuniendo y condensando las ideas para el cambio a partir de cuatro líneas estratégicas en las que desplegaremos nuestra creatividad:

  • Recuperación de la Memoria Histórica
  • Reconciliación del ser humano con la naturaleza
  • Reorganización de la vida cotidiana
  • Autoproducción de nuestras condiciones de existencia

(*) http://asporlavida.blogspot.com/2010/08/escuelas-para-la-vida.html

Calixto Garmendia

Lima, mayo del 2021

 


 Condenamos a quienes predican el crimen, sea en nombre de Dios, de la Patria o de la Clase.

sábado, 14 de diciembre de 2019

BICENTENARIO

LA EXTIRPACIÓN DE IDOLATRÍAS CONTINÚA




"Dicen que no sabemos nada, que somos el atraso, 
que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor..." 
LLAMADO A ALGUNOS DOCTORES
J. M. Arguedas

Dicen los libros de historia que aquí, en nuestro territorio y antes de que llegaran los cristianos europeos, existió una cultura andina que alcanzó grandes logros “…cuyo dominio ambiental autoregulado demandó a nuestros antepasados más de 5,000 años de experimentación y proveyó otros 5,000 años de aprovechamiento y desarrollo a costos y beneficios sostenibles e inclusivos hasta 1532”[1]. ¿Qué es lo que ha tenido que ocurrir para que, 500 años después de iniciado el proceso civilizador cristiano occidental nos encontremos como hoy lo estamos?

La invasión cristiana europea puso nuestro mundo de revés no solo por la dominación colonial que impuso una jerarquía de base racial sino, por la imposición de un permanente conflicto entre la realidad y nuestra conciencia a través de la "extirpación de idolatrías", conocida después como "evangelización", escindiendo nuestro ser entre lo que realmente somos y lo que ellos dicen que deberíamos ser.

Se dice que constituimos una nación, que somos una república, que vivimos en un régimen democrático. Pero seguimos siendo un territorio parcelado, una sociedad fracturada y desigual, donde la mayoría sobrevive a duras penas y los grupos privilegiados quieren más poder; con miradas e intereses en conflicto, siempre   gobernados por “hortelanos blancoides” que tratan como “perros” a la mayoría de sus ciudadanos. ¿Qué tipo de nación es el Perú?

En la anterior edición de Tarpuy nos preguntábamos: ¿Qué es el Perú? ¿Quiénes son los peruanos?, preguntas que adquieren sentido cuando se hacen desde el lugar que ocupa el ciudadano de “a pie”, sin derechos, que trabaja, produce y se realiza en la informalidad –urbana o rural- despojado constantemente de sus medios de vida, acosado por la autoridad y que solo cuenta como dato estadístico para las ofertas de mercado o para votar en elecciones.


Un balance ilustrativo del primer centenario de vida republicana se resume bien en “Cien años de vida perdularia”[2] que es una sátira de esa atmósfera de fanatismo, ignorancia, ociosidad, ambiciones y corrupción en que transcurrió, terminando en la “república aristocrática”, reemplazada por el proyecto de la “Patria nueva” que llegó de la mano de las inversiones extranjeras en minería e infraestructura, prometiendo modernidad y desarrollo.




EL COMERCIO,  07 de diciembre del 2019


“Perú, país minero” ha sido desde entonces, el sustento de esa “ideología del desarrollo” que mediante inversiones extranjeras y obras de infraestructura, han vertebrado la vida nacional. La Oroya, Cerro de Pasco, sus inmensas pampas, el río Mantaro y las lagunas de las alturas de Junín sin vida, por los humos y residuos de la fundición, son elocuentes testigos de lo que las inversiones mineras han significado para la naturaleza y para nuestra población.

Al acercarnos al bicentenario, vemos como los mismos viejos problemas de dominación, explotación y exclusión siguen siendo lo característico de nuestro paisaje social.

¿Cómo pensar un país desbordado por la delincuencia cotidiana que crece al amparo de autoridades corruptas y de una justicia prostituida?, ¿Cómo entender a esa élite que dirige al país, mirando por encima y desde lejos a quienes no son de su condición?

Es este ambiente de violencia y desorden el medio propicio para imponer las políticas de despojo que hemos visto desplegarse a lo largo de nuestra historia. La manipulación y el miedo como instrumentos para anular nuestra capacidad de reflexión y respuesta, conduciéndonos a una situación de desgobierno, incertidumbre y de “sálvese quien pueda”.
En los versos finales de “Los nueve monstruos” Vallejo se preguntaba: “Señor ministro de salud, ¿Qué hacer?” y a pesar de que su respuesta ha sido repetida en innumerables actos oficiales, las autoridades del Estado han sido incapaces de entender su significado. Queda pues, en manos de los jóvenes que hoy se acercan a su lectura, asumir la responsabilidad que demandaba el poeta.
¿Y que puede significar para nosotros ese “Hay, hermanos, muchísimo que hacer”? Desde el ámbito de la educación pública necesitamos reconocer en que situación nos encontramos, hacia donde queremos ir y que es lo que podemos hacer.
El estado de la educación y de la salud pública, así como de las obras y servicios directamente vinculados con la calidad de vida de las personas, constituyen una eficaz radiografía de la exclusión, explotación y dominación que señalamos como lo más característico de nuestro paisaje social. 
¿Podría alguien cuestionar seriamente la naturaleza excluyente y violenta de la realidad social en el Perú? Sin embargo, en los discursos oficiales se sigue contando una historia que no es la nuestra, constituyéndose así en una especie de “agujero negro” cuyo “horizonte de sucesos” no es posible conocer desde la educación oficial formal.
Todo ese menú de violencia, corrupción y cinismo que, como pan de cada día, la población consume a través de los medios de comunicación, constituyen un eficaz dispositivo para la esquizo cognición que des-educa a nuestros jóvenes, incapacitándolos para entender su realidad y responder a sus retos, conduciéndolos a perversos desvíos. La contaminación material de aires, aguas y suelos no se puede enfrentar con eficacia porque la contaminación psíquica ambiental anula toda capacidad de reflexión y respuesta.
Un persistente lavado de cerebro, generación tras generación, bajo el nombre de “evangelización” ha logrado despojarnos  de nuestra autoestima haciendo que queramos ser como ellos. Los valores y modelos de vida que nos han impuesto nos tienen sumidos en la corrupción y violencia. La extirpación de idolatrías continua hasta hoy con nuevos nombres. Hoy se llama “crecimiento económico” mediante la competitividad, el lucro y la ganancia.
En la sexta edición de Tarpuy proponíamos mirar el “desborde popular” como “un proceso de aprendizaje para la Autonomía y Autodeterminación” si nos apoyábamos en las tradiciones milenarias de reciprocidad y cooperación, distintas del individualismo competitivo de la modernidad colonial. Aquí reside la oportunidad que necesitamos forjar.

En el mundo de hoy, los modelos y valores impuestos por la modernidad colonial en su fase neo-liberal, empiezan a ser cuestionados: La “competitividad” solo produce mayor desigualdad. El progreso tecnológico acarrea mayor desempleo, destrucción medioambiental y la posibilidad de un transhumanismo que nos aniquile por completo. La autoridad del Estado solo se ejerce contra los reclamos y protestas de la gente, siendo ineficaces para combatir la delincuencia, especialmente la de más alto nivel. En nuestro continente, una cosa es cierta: La economía criminal ha alcanzado una preponderancia tal, que amenaza la existencia de los Estados-Nación. México y Colombia son un ejemplo de ello. Y en el Perú, es bueno recordar la triste frase del expresidente ppK: “Un poquito de contrabando no le hace daño a nadie”, que puede entenderse como “la economía criminal proporciona la liquidez que necesita el mercado”.

Nos encontramos ante un callejón sin salida, rodeados de incertidumbre y precariedad, donde lo informal e ilegal ofrecen las oportunidades que la formalidad ya es incapaz de brindar.

Necesitamos reparar el daño provocado por 500 años de guerra psíquica por el control de nuestras mentes y conductas a través de la llamada "evangelización". Necesitamos recuperar nuestra Memoria Histórica para volver a ser lo que realmente somos.

En la tercera edición de Tarpuy señalábamos la necesidad de acometer un trabajo educativo de largo aliento, por fuera, lejos y divergente de la educación oficial formal, a través de lo que denominamos ESCUELAS PARA LA VIDA, con cuatro grandes líneas de trabajo que se hacen necesarias y son posibles:
1.   Recuperación de la Memoria Histórica para tener claridad de un  horizonte al cual mirar.
2.  Impulsar la reconciliación con la naturaleza, para contribuir cada uno de nosotros en el lugar en que nos encontremos, a mitigar los efectos del cambio climático.
3.  Promover la reorganización de la gestión de la vida cotidiana, porque los grandes cambios no van a venir desde arriba –Estado, partidos políticos o caudillos- sino que tenemos que impulsarlo desde abajo, nosotros mismos.
4.  Sentar las bases para la Auto-producción de nuestras condiciones de existencia, porque el empleo productivo y el salariado ya no son posibles en las condiciones actuales y el riesgo de caer en las redes de trabajo para las economías criminales, está siempre al acecho.
Necesitamos entender, aprender y proponer. Es hora pues, de levantarnos y caminar.

Lima, noviembre del 2019

Calixto Garmendia




El lago Chinchaycocha está situado en la Pampa de Junín o Meseta de Bombón, en la región Junín. Por su extensión (abarca 53 mil hectáreas) es el segundo lago más grande del Perú y por su altitud (4 100 m.s.n.m.) es considerado el más alto del mundo. Pese a estas características que motivarían a su conservación, este espejo de agua está muriendo debido a relaves mineros que contaminan sus aguas con plomo, zinc y cobre.



[1] "MODELOS PSÍQUICOS QUE DESGOBIERNAN LA CONCIENCIA Y LA CONDUCTA AMBIENTAL EN EL PERÚ - SIGLOS XVI AL XXI", (P. R. Aco Cataldo, Lima, 2010)
[2] “CIEN AÑOS DE VIDA PERDULARIA”, (Abelardo Gamarra, Lima 1963, edición Casa de la Cultura)

sábado, 27 de julio de 2019

BICENTENARIO....¿DE QUE?

PATRIA MADRASTRA Y FUJI-CONSTITUCION



Mirando hacia el Bicentenario, nos preguntábamos en la entrada anterior: ¿Qué es el Perú? ¿Quienes son los peruanos?, preguntas que solo adquieren sentido cuando se plantean desde una mirada que busca integrar a todos quienes se reclaman ciudadanos de este país nuestro. "Peruanizar al Perú", sigue siendo una tarea pendiente.

Los escándalos de corrupción que ponen en evidencia a bandas criminales controlando la toma de decisiones en las instituciones del Estado constituyen hoy, la mayor amenaza a la existencia del Perú como nación. La permisividad normativa anclada en la Constitución de 1993, que otorga privilegios desmedidos a los inversionistas -blindando sus contratos tramposos en nombre de la "seguridad jurídica"- es la madre de todos los vicios pues, erosiona la confianza ciudadana en las instituciones públicas y su quehacer colectivo, incentivando un individualismo feroz e imponiendo la "ley del mas fuerte" donde la ganancia fácil e inmediata, así como la impunidad, son los principales impulsores de la delincuencia y la inseguridad generalizada. ¿Esto es el Perú?

Al señor presidente le tiembla la mano para imponer la autoridad del Estado a las bandas delincuenciales que -actuando desde el poder económico- controlan las instituciones públicas a través de sus testaferros políticos (evasión y elusión tributaria, concesiones abusivas, corrupción, etc.). Sin embargo, no ha vacilado en imponer "mano dura" contra las poblaciones que rechazan las inversiones extractivistas o de infraestructura  que las afectan. ¿A quien sirve el Estado peruano?

El proyecto minero “Tía María” es hoy, la metáfora del Perú. Aquí están expresadas las visiones y desencuentros entre los peruanos, de cómo la patria que debería ser para todos es apenas un botín para los de siempre. Y el Estado, que debería condensar la diversidad de la nación, se comporta como la auténtica madrastra frente a las mayorías nacionales y en especial, frente a quienes considera "ciudadanos de segunda". ¿Quiénes son los peruanos?

El Estado peruano, a través del gobierno central, ha decidido que el proyecto minero debe llevarse adelante, presionado por la clase empresarial y la urgencia de recuperar su ritmo de crecimiento. Asegurar las ganancias de los inversionistas es más importante que el futuro de los ciudadanos que viven de la agricultura. No importa que para ello se dejen de lado las observaciones técnicas a los estudios de impacto ambiental, ni que la salud de las familias afectadas quede expuesta por la contaminación ambiental, como ha ocurrido con las poblaciones vecinas a las explotaciones de Toquepala, Cuajone y otras -en todo el país-, que sufren los efectos de más de un siglo de explotación minera "moderna".

El caso “Tía María” se replica en todos los proyectos de inversión (minera, forestal, pesquera, de agro exportación o de infraestructura, entre otros) en el que son afectados territorios con sus eco sistemas y poblaciones, con el argumento del “desarrollo” cuando en realidad se trata de una política de subordinación, despojo y empobrecimiento deliberado. No es casual que las regiones con mayor cantidad de explotaciones mineras sean también, las mas pobres del país.

Frente a ello, dada la multiplicidad y extensión de  los conflictos, se hace necesario extraer las lecciones de cada caso y elevarlas al nivel de reflexión que permita elaborar una Teoría para la acción, buscando coordinar las resistencias formulando una línea política en defensa del Bien Común: Agua, Tierra, Aire, Salud, Alimentación, Educación y Organización.

!POR UNA NUEVA CONSTITUCIÓN QUE RECONOZCA A LOS PUEBLOS Y REGIONES SU DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN Y AUTO GOBIERNO!

Calixto Garmendia

Julio 27 del 2019

sábado, 8 de diciembre de 2018

PREGUNTAS NECESARIAS




RUMBO AL BICENTENARIO: Preguntas necesarias

“...mirarse desde una nueva mirada...un modo para dejar de ser lo que nunca hemos sido.” Aníbal Quijano


El pasado 10 de noviembre, en Ayacucho, el Jefe de Estado presentó la "Agenda Bicentenario 2021", haciendo un llamado a creer en la posibilidad de hacer del Perú un país grande y digno, independizado del yugo de la corrupción. Desde el lugar que ocupamos y la función que cumplimos en la sociedad, nos preguntamos: ¿Como hacer realidad esta propuesta?

A lo largo de la vida republicana hemos visto repetirse una y otra vez el lamentable ciclo de prosperidad falaz que comienza con llamados a la unidad nacional y el sacrificio de todos, seguido de bonanza para unos pocos y limosnas para los más, generando protestas, conflictos que se desbordan, violencia y escándalos de corrupción como resaca de las promesas incumplidas.

A los “Cien años de vida perdularia” (1918) que satirizaba El Tunante, Abelardo Gamarra, tenemos que añadirle otros cien años más en los que hemos comprobado el fracaso de modelos que parecían antagónicos,  el de control estatal y el de libre mercado. Ambos implicaron intereses opuestos a los del conjunto de la sociedad, incompatibles con la equidad, solidaridad, libertad y democracia.

En la octava edición de  TARPUY se planteaba la pregunta: ¿Qué significa Emancipación? Y se proponía entender esta como el paso de una situación de dominación a otra de Libertad. Caracterizando la primera por la “heteronomía” y la segunda, por la “autonomía”.
Siguiendo la perspectiva abierta en las anteriores ediciones, se plantean aquí algunas preguntas necesarias para abrir un debate que estimule el conocimiento y la reflexión, que al mismo tiempo provea a los jóvenes de las herramientas necesarias para la construcción de un horizonte de autonomía y plenitud.

Nos interesa reflexionar sobre: ¿Qué es el Perú?, ¿Quiénes son los peruanos?, ¿De qué modo nuestra biografía personal/familiar está inserta en el proceso histórico?, ¿Qué horizonte de futuro avizoramos hoy?, ¿Cómo ser mejores para mejorar nuestra comunidad?

Esto implica conocernos y conocer nuestra historia evidenciando los hechos y los rasgos típicos de la vida peruana; identificar como impactan sobre nuestras vidas los problemas de hoy y la incertidumbre del futuro; y sobre todo, afirmar un "Vector ético" en las conductas y prácticas cotidianas que nos permita revertir la contaminación psíquica ambiental dominante. 

Calixto Garmendia

Lima, noviembre 2018